viernes, 20 de diciembre de 2013

Gozo inagotable

“...hoy es un día dedicado a nuestro Señor. No estén tristes,  porque la alegría del Señor en nuestro refugio” (Nehemías 8:10 DHH)

Este es uno de los versículos más citados para infundir ánimo al alma en desaliento. Mas sin embargo es también malinterpretado, a mi parecer personal. Pues hace que nuestra fortaleza esté fundada en un gozo que está dentro de nosotros, esto es, el gozo que Dios pone en nuestras vidas, del cual El Señor habló tocante a Su Muerte, que ese gozo no les sería quitado a sus discípulos. Era necesario ese gozo para poder soportar los vituperios que habrían de venir tras la muerte, resurrección y asención del Buen Señor. Y es un gozo que Dios nos da y que no es como el mundo, pero a pesar de ello, nosotros, como necias criaturas, opacamos ese gozo que Dios nos da. Entonces necesitamos una fuente de fuerza y gozo inagotable e inmutable. Y como nosotros, en nuestra debilidad el afán nos doblega y la incertidumbre nos azota, necesitamos una fuente esa fuente inalterable de gozo.

Este versículo, habla más bien, del gozo que Dios siente y expresa. Mas podrías decir:¿Cómo puede Dios tener gozo por nosotros? Recordemos que ésto fue escrito en el tiempo de la reconstrucción del templo por obra de Nehemías y del entendido Esdras. Cuando Esdras comienza a leer la ley de Dios ante el pueblo, éstos porrumpen en llanto y dolor, tal vez era un dolor provocado por la misma ternura de corazón que tuvo Josías, al ver cómo era violada la ley de Dios por sus ancestros, y cómo se encontraban cumpliendo la cláusula punitiva o el castigo que debían de recibir por su desobediencia, o bien se dolían al ver cómo aún era violada esa ley por ellos mismos.

Ante esta reacción, Esdras les dice “No lloren, ni se amedrenten, este es un día Santo para El Señor, el gozo, la alegría, el favor que Dios siente Dios en Su Corazón debe ser la fuente de nuestra fortaleza”. Pero, ¿cómo es eso? En la Biblia nos dice en Sofonías y Salmos Dios manifiesta alegría y regocijo por Su Pueblo, ¿qué hay en Su Pueblo que le cause tal? En ese momento, hubo un hombre de oración usado por Dios, para ser el iniciador de un avivamiento verdadero, una pequeña paja que fue el instrumento del fuego Divino. Encontramos al pueblo reconstruyendo, haciendo La Voluntad de Dios, haciendo lo que Dios había dicho a Salomón “si mi pueblo se humillare buscare mi rostro, entonces yo oiré desde los cielos...”. Dios había escuchado la oración y Dios los estaba moviendo a arrepentimiento y a actuar conforme a ese arrepentimiento, y al ver a Su Pueblo haciendo Su voluntad, encuentra deleite y alegría en ellos, al ser traídos donde deben estar, y Nehemías y Esdras pudieron ver eso. Esdras, como entendido de la Ley, pero sobre todo, en el corazón de la Ley misma les refirió que la alegría que Dios sentía a causa de todo ésto, debía motivarnos a refugiarnos en Él. Porque Dios no es arbitrario, no simplemente se va a alegrar en nosotros y va a buscar nuestro mal después, él entendía que si Dios estaba agradándose de lo que el pueblo hacía, iban a encontrar favor, bienestar y nuevas fuerzas.

Nuestras cargas a veces son demasiado pesadas, asimismo, y aunque es difícil a veces no ver el presente, y dudar, y aún echar una mirada a un posible futuro y no temer, nuestros ojos deben ver mas allá, más allá de la tierra de los amonitas, que nos impiden el paso a la tierra prometida. Más allá del gran tamaño de los hijos de Anac, que nos quitan el gozo de esa Tierra. Debemos ver la promesa y consolarnos, en que este sufrimiento es solamente temporal y que en nada se compara con la Gloria que nos espera a la diestra de nuestro Padre Celestial.

Los primero creyentes, tenían razón para sentirse así. Eran despojados, las mujeres muchas veces eran violadas, eran muertos a espada y sin defenderse. Y eso no les amedrentaba hasta la muerte, sino les ayudaba a afirmarse. Si ellos hubieran puesto su mirada en un futuro próximo en ésta tierra, a la vuelta de la esquina, se hubieran visto algunos de ellos clavados en cruces, o a una estaca,  incendiados con brea para alumbrar el jardín de Nerón,  y otros de otro tiempo tal vez se hubieran visto decapitados o con toda clase de torturas. Pero algunos de ellos y otros, si hubieran visto solo ese futuro, se hubieran hallado demasiado amedrentados y desanimados, sin embargo no fue así. Para ver el cielo, tenían que bajar la mirada a sus manos, y ver una carta, escrita por un anciano, unos por el anciano Pablo y otros por el anciano Pedro o Juan, donde ellos instaban a sufrir como Cristo, que nada nos apartaría de ese amor pues éramos más que vencedores. La carta de Juan nos decía que ya no habría más llanto, ni más tristeza, ni más dolor. Ellos encontraban su deleite en esas palabras, y encontraban su refugio.

Ellos veían un futuro más allá de los sufrimientos, y eso es lo que les llenaba de gozo. Sabían que, estando en esa presencia, encontrarían ese deleite,  el deleite de Dios sobre Su Pueblo, y del Pueblo sobre Su Dios, El Esposo sobre la Esposa y la Esposa sobre El Esposo, el Padre sobre sus hijos y los hijos sobre Su Padre. Sería un encuentro mutuo, el momento cúspide y clímax de alegría y gozo para aquellos que han sido redimidos. Entenderían ahora el cumplimiento total de la Escritura, pasando entre sus ojos, y podrían entender ahora completamente el significado del libro de Cantares, deleitándose en la voz de un canto, sí, de un canto. El canto del Novio, de Jesús, a causa del gozo que siente al verse encontrando y casándose con Su Esposa. El gozo de la consumación del beso del amor del Amado al estar unidos para siempre. Donde el amor sería tan grande que borraría la memoria de los dolores pasados. Donde recordaríamos cuando Él nos habló al corazón estando en el desierto muertos y nos trajo a la vida, donde nos trajo a Su Voluntad al avivarnos, y cuando al final nos trasladó a Su Presencia para eternamente Amarnos, sin memoria del dolor.

Tomemos pues, esta promesa en nuestros corazones y entendamos que muy pronto será ese día. Entendamos que todo esto va a redundar para buscar El Rostro de Dios, y dar gracias a Dios, por la Esperanza, y si hemos en algún momento de rogar pidiendo misericordia, que esto sea, al ver que muchos no tienen esta esperanza a favor de ellos, de los que viven a la merced de su propia sabiduría, que demos gracias por tener ese amor sobre nuestras vidas y que lo brindemos a los demás, como se nos ha dado a nosotros también. Y tengamos gratitud en nuestros corazones, porque si bien nos debe alegrar estar en Su Presencia, lo más Glorioso es que El Cordero de Dios va a ser Glorificado y Exaltado por Su Sacrficio, en los cielos, la tierra y debajo de la tierra. Al ver que el corazón de nuestro Padre se alegra por la Exaltación de Su Hijo, que el corazón del Hijo se ve alegrado en el desposamiento con Su Amada y el Gozo que El Espíritu tiene al haber consumado esa obra.

Ven, y alégrate, alma mía! Deléitate y toma fuerza al tomar de los cofres de la misericordia y sosteniendo un buen manojo apretado de las riquezas de Su Gracia que Dios dará sin medida y con grande alegría para tu consuelo. Nunca olvides que El ya ha vencido en la batalla y que nosotros, solamente hemos de recoger los despojos.

Soli Deo Gloria

lunes, 12 de noviembre de 2012

"Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres."

Tito 3:1-8.


Mansedumbre, es una palabra que no es tan común en nuestros días. Al menos en el sentido práctico, pues en el teórico, está en boca de todos. Libros como “cómo alcanzar mansedumbre”, “El servicio”, que hacen referencia a la mansedumbre y que la mencionan varias veces son muy conocidos, pero pocas veces llevados a la práctica.

El Evangelio, si bien es el Bendito y Santo Mensaje, Palabra y Decreto de Dios para Salvación para los hombres, no se queda solamente en Palabras, sino en Poder. Trastorna los cimientos del corazón del hombre, que regulan su conducta, sus pensamientos, su habla, y cada parte y fibra de su ser, hasta hacerlo poco a poco, de Gloria en Gloria a la imagen del Hijo de Dios. Es imposible llamarse cristiano y no haber sido trastornado en éstas áreas de nuestra vida. No es posible ser un “hombre moral” y tomar el Evangelio de Salvación y a Cristo como solamente un accesorio que adorna a nuestra vida, que “carnalmente” ya era correcta.

De aquí, que, todo cuanto respecta a la Palabra de Dios, al Evangelio y al contenido Bíblico, debe de afectar nuestras vidas. Ciertas lecturas pueden hacer un efecto meramente sintomático en nuestras vidas. Es decir, que así como ciertos medicamentos alivian solamente los síntomas de una enfermedad y no la enfermedad misma, ciertas lecturas hacen lo mismo, sino es que, en el peor de los casos, disfrazan todas aquellas cosas por las cuales acudimos a éstos libros. El problema, actualmente es tratado podando el árbol, y pintando el fruto, lejos de ser tratado desde la raíz del problema mismo. Y tristemente, son pocos los materiales de lecturas o predicaciones que logran hacer esto.

La Palabra de Dios, siempre ha ofrecido una solución a cada uno de los problemas y congojas que aquejan el corazón de los hombres, y brindan fuentes de agua fresca para los que ya son Hijos de Dios. Y para éstos últimos, vez tras vez, El Señor insta por medio de Su Palabra, que la solución a muchos de nuestros problemas es el siguiente: Recordar.

La Iglesia de Éfeso había estado pasando por momentos difíciles, la Iglesia llena de amor, a quien el Apóstol Pablo había dedicado la Epístola que bien pudiera llevarse un galardón en cuanto a la introducción más enternecedora y sublime en cuanto al decreto y predestinación de Dios para con Sus Escogidos, ahora pasaba por momentos difíciles. El apóstol Pablo había muerto, hombres de Dios admirables habían servido en ésta iglesia como pastores, ancianos y maestros. La situación actual era triste. Aunque el ritual del servicio era el mismo, su “teología” era la correcta, algo estaba mal. Nuestro Señor siempre hizo grande hincapié en la armonía de lo que hay en el corazón con respecto a lo que hacemos exteriormente. No podemos hacer bien y pensar mal, y tampoco pensar mal y hacer bien. Los efesios, exteriormente podríamos decir que reflejaban a Cristo, pero hubo un momento en que se manifestó la terrible verdad. “Has dejado tu primer amor”, “Ya no me amas tanto como cuando te hiciste cristiano” “¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio!” (RV60, TLA, NTV, respectivamente). No fue un comentario, sino una queja de parte del Dios Todopoderoso. No la hace cualquier persona, sino Aquél que compró a ésta Iglesia. ¿Dignas de ser tomadas en serio? Demasiado. El Señor les dice “¡Mira cuán lejos has caído!”. Un problema, nada ligero, pues provocó un disgusto al corazón del Señor que tanto amó a Su Pueblo. Mas así como Jehováh se indigna, como Él azota, Él también venda la herida (Isaías 30:26). Él insta a la iglesia a “Recordar”. Recordar quiénes éramos, y dónde nos puso el Señor, y seguir de nuevo el primer sendero que nos había marcado, pues nos habíamos alejado de éste, aunque nosotros creiamos seguir una senda parecida.

      El Pueblo de Israel es otro digno ejemplo. Al sacarlos del desierto, EL Señor les insta una y otra vez a recordar su esclavitud, su estado anterior en el reino de Egipto y bajo el dominio del Faraón, y que  consideren toda esa misericordia para que sus corazones no se envanecieran de modo que se alejaran del Señor.(Deut 5:15,7:18,8:2,21:7, entre otros muchos)

El corazón del hombre tiende a olvidar. A menos que haya alguna cicatriz o marca que le recuerde su estado anterior, será presa de olvido y del envanecimiento. ¡Qué doloroso es que El Señor tenga que herirnos a modo de dejarnos cicatrices para hacernos no olvidar! Tomemos el ejemplo de Mefi-boset, el hijo de Jonathan, y nieto de Saúl. Un hombre lisiado, abandonado en Lodebar (lugar del silencio), con marcas en sus pies que eran difíciles de olvidar. ¿Qué habrá pasado por su mente cuando le dijeron que David, el rey quería verlo? Las tradiciones de aquél tiempo dictaban que lo común era que un rey confirmara su reino asesinando a la familia del rey antiguo o adversario. Pero David no quiso hacer eso. Sus intenciones eran otras. Lejos de ofrecerle un juicio, le vistió con un manto de misericordia. Le convidó a su mesa y lo trató como si fuera su hijo. ¿No ha hecho Dios similar con nosotros? No se sabe si en algún momento Mefi-boset, en algún momento de su vida llegó a envanecerse a modo que su conducta le hiciera olvidar quién era y de dónde venía. Pero La Biblia declara que cuando David regresó de haber sido perseguido por su hijo, Mefi-boset, al salir al encuentro, declara una verdad tremenda “mi familia y yo merecíamos ser muertos”. Sólo necesitaba recordar de dónde venía, debía recordar su condición bajando su mirada y viendo sus pies. De nuevo, recordar fue la solución. (2 Samuel 9)

En ésta carta, insta a Tito a que le diga a los creyentes que cuiden su conducta con respecto a las autoridades, y no solamente con ellos, sino con los demás incrédulos. Pablo tal vez recordaba la conducta de los cretenses, mentirosos, como si fuesen vikingos y bárbaros. Y antes que los cristianos de esa isla se inflamaran en ira contra aquellos paganos Pablo les dice una cosa. “Nosotros también éramos en otro tiempo así”. Aquél varón judío-fariseo, con credenciales de excelencia viene a contarse entre la lista de personas de la lista de aborrecibles delante de los Santos Ojos de Dios. El apóstol insta a recordar que así como podemos ver a los paganos, terribles, llenos de maldad y sin una pisca de bondad o virtud (excepto aquellas que Dios mismo puso en nosotros, por Su Inifinita misericordia), de la misma manera nosotros nos llegamos a ver antes de conocer a Dios. No solamente eso, sino que aún más, el apóstol llega a las fibras del ser y del corazón del hombre al hacerlos meditar en un punto más. Que no fue nuestra virtud, ni nuestra bondad (que en realidad no había nada de ello en nosotros) por la que hemos sido salvos, sino por mera misericordia.

Lo que Dios desea de nosotros es que siempre tengamos memoria de quiénes éramos, de dónde venimos, y cuál era nuestro estado delante de Él, y que no ha sido nuestra fuerza ni voluntad la que nos ha traído a donde estamos, sino la mera Voluntad, amor y misericordia de Dios. Y que, siendo de ésta manera, éste pensamiento debe de llenar nuestra mente y corazón de modo que “infecte” (por así decirlo) la ciudadela de nuestra vida, el manantial de nuestro ser, para que, cada agua que brote de éste, esté teñido de esta entrañable misericordia para con los demás. Viendo en cada persona un retrato de nosotros cuando no le conocíamos y mostrando así la misericordia que Dios mostró con nosotros hacia ellos. Esta verdad debe de ser la regla que afecte nuestro modo de actuar, pues por lo mismo dice “Palabra fiel es esta, y en éstas cosas quiero que instes con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.”(verso 8)

Es cierto, las personas serán impactadas al ver la Santidad de Dios en nosotros, pero recordemos que la Santidad de Dios no sólo impacta sino asimismo causa temor delante de las personas, pues esa Santidad reflejada, les trae a la memoria al Dios que tanto aborrecen y que, si El Espíritu de Dios les redarguye, les traerá a la memoria un juicio sobre sus vidas. Al ver solamente una santidad en nosotros,  se sentirán autojuzgados, pues es común que al ver a alguien “mejor” que uno mismo, se pregunte qué irá a ser de nosotros. Y si bien Cristo fue el reflejo perfecto de la Santidad de Dios misma, su obra no se quedó ahí, sino que fue más allá, al mostrar servicio y misericordia para con aquellos que vino a salvar. Los pecadores verán a hombres santos, pero no solamente ello, sino que verán a esos hombres santos venir a ellos para servirles, para amarlas y para mostrar asimismo lo que Dios hizo para con nosotros. El evangelio no es algo meramente teórico que solamente cambiará nuestras mentes para bien y nuestra moral en algo bueno. Si en verdad el Evangelio ha saturado nuestra mente y nuestro corazón con una visión verdadera y correcta de Dios, entonces debe necesariamente afectar nuestra mente de manera que nuestra conducta vaya de acuerdo a nuestro pensamiento. Y si ese pensamiento en realidad es el correcto, no será pasivo, no se quedará solamente en el “yo”, y por “yo” me refiero a la conducta moral que tengamos, sino que afectará de modo en que queramos ser siervos de los demás, ya sea de los santos y aún mayormente de los incrédulos, pues ante esas penumbras es necesario que llevemos la Luz que El Señor hizo resplandecer en nuestros corazones.

Si como Cristianos, simplemente estamos penetrados en la iglesia, y buscamos solamente rodearnos de santas compañías, es decir, miembros de la iglesia y del cuerpo de Cristo (que es algo hermoso, como lo dice la Palabra de Dios), nos estamos engañando. Es menester nuestro el ser sabios y saber dar tiempo a cada cosa. A Dios y a los santos debemos darles un momento y un tiempo para edificación mutua, pero debemos recordar que, mientras que la Luz del Señor no brille en éste mundo en Su Venida, así como Cristo dijo que “mientras Él estaba en el mundo, luz era del mundo” (Juan 9:5) debemos serlo nosotros también. Nosotros somos Cristo en ésta tierra, somos la sal y la luz, y ésta luz no va a alumbrar entre las demás lumbreras, sino en medio de las tinieblas que intentan devorar a éste mundo. La Sal debe de estar entre aquello que buscamos que no se corrompa. La Palabra de Dios nos insta a buscar la comunión con los que de corazón limpio invocan el nombre del Señor (2 Timoteo 2:22), y esas deben ser nuestras mayores amistades, aquellos con quien debemos buscar estar para nuestro crecimiento personal, pero en el trabajo, en nuestras escuelas y otras áreas de nuestra vida, debemos recordar que es necesario ser lumbrera, y no engañarnos a nosotros mismos buscando la comodidad para nosotros. Si en verdad hemos muerto a nosotros mismos, debe habitar el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, quien se hizo siervo (esclavo) de nosotros, por amor a nosotros. En nuestro corazón no debe de haber cabida para nuestra autosatisfacción antes que al servicio de los demás, de los que recién han llegado a conocer al Señor (para ayudar su crecimiento) , así como para aquellos que no le conocen en lo absoluto. Debemos no ser egoístas y considerarnos a nosotros y nuestro antiguo estado, y aprender a reconocer en aquellos débiles y también con los ignorantes  lo que fuimos en algún momento, y procurar dejar de buscar nuestra satisfacción personal, para así, llevar a cabo lo que hubo en el corazón de Dios al enviar a Su Hijo.

Recordemos para finalizar, que sin obras, la fe, simplemente está muerta.(Santiago 2:17)

domingo, 18 de marzo de 2012

No es que sea el fin...


"Yo soy la Resurrecciòn y la vida; el que cree en mi, aunque este muerto, vivira"(Juan 11:25)

Una tragedia, una muerte, silencio, dolor. La partida de un ser amado. ¿Cómo continuar? ¿Qué decir? ¿Cómo mitigas el odlor que causa una ausencia? ¿Qué palabras usas cuando una boca ha sido silenciada? ¿Qué será de ésta melodía, cuando un iunstrumento ha callado? ¿Qué será de la dulce armonía?

Cuando una estrella, aunque por un momemto, se apaga en el firmamento, entiendes que una luz cesó en tu vida, y por tanto, su ausencuia provocará tinieblas en tu corazón. Las luces se apagan, el telón baja, el teatro se desocupa. El "estelar" de ésta obra se ha ido...

El dolor, la pena de un ser amado que se ausenta no es mitigado con cualquier bálsamo, y la herida no es fácilmente sanada con simple ungüento. Debe de ser La Palabra de Vida y El Consuelo del Padre de TODAS las luces la que restaure las cicatrices que el dolor de una partida deja en los corazones.

Ahora, con los ojos carnales, vemos que una obra ha venido a su fin, que una orquesta cesó, que un instrumento calló, que una luz fue apagada de la inmensa bóveda celeste.... Mas no es asi... No ha terminado, aún continúa todo, pero en un lugar distitnto...

El escenario terreno, ha sido abandonado, para ser recibido en las escenas celestiales. Cuando los párpados se cierran al descanso y reposo Celestial cual Telón, en El Cielo, es develada la Magistral Obra Eterna, donde Cristo mismo es quien Ilumina la vida del nuevo actor celestial.
La orquesta terrena cesa su sonido para dar lugar al sonido de las arpas celestiales que reciben con gozo Al NUevo Miembro de los Redimidos Inscritos en los cielos. El instrumento enmudece npara dar cabida y dejar a los otros tocar. La estrella se apaga para ahora brillar en otro Cielo que Nunca se acabará ni se desvanecerá como un pergamino cerrado...

Y aunque el dolor aqueje nuestro corazón y el dolor abata nuestra alma, nuestra Esperanza, alegría y goz debe enfocarse en La Alegría del Ser Amadon que ahora es recibido en La Eterna Gloria y que ha sido revestido de ropas blancas, de un tabernáculo incorruptible, de una luz innagotable, que no se envejecerá y no morirá jamás. Donde a muerte no es siquiera ya un recuerdo, sino que ha quedado en el olvido. Al lado de Aquél que "hace nuevas todas las cosas" y con TODA una Eternidad por delante para ser pastoreado de Mano de Aquél que tanto le amó y seguir como oveja Su Voz Pastoreando en un lugar donde estaremos segurois. En los pastos celestiales, en El Redil Divino, donde ningun peligro nos sobrevendrá, ni temor repentino nos sorprenderá.

Bienaventurado quien ya lo alcanzó.
Soli Deo Gloria.

IN MEMORIAM

Francisco Del Viento Camacho. Hermano, hijo, y sobre todo, amigo.

sábado, 13 de agosto de 2011

Paulo Junior

Les dejo unos videos del hermano Paulo Junior, que creo que sinceramente, son importantes para nosotros como cristianos meditar, ya que debemos darnos siempre cuenta que la vida cristiana es más que mera profesión verbal de Fe, sino de acción.





lunes, 18 de julio de 2011

Esperar en Dios...

Este es un extracto del libro "El Secreto de la comunion con Dios" de Matthew Henry, el famoso comentarista Biblico. Hablando acerca de "Esperar en Dios" y "cómo pasar el día con Dios" dice:

Debemos soportar nuestras aflicciones diarias con sumisión a Su Voluntad. Podemos esperar toda clase de tribulaciones ne la carne, cada día sucede una u otra cosa que nos entristece, bien sea en nuestras relaciones personales, nuestros trabajos y ocupaciones, acontecimientos familiares, etc. Quizá tengamos que lidiar todos los días con alguna dolencia o enfermedad en el cuerpo, o con alguna DESILUSIÓN o AFRENTA EMOCIONAL. En todas estas cosas debemos aprneder a ESPERAR en Dios. Cristo requiere de todos sus discìpulos que tomen su cruz todos los días (Mat 16:2). No debemos echar la cruz de nosotros sino tomarla tan pronto Dios la ponga en nuestro camino, y no tratar de evitarla. No es suficiente tomar la cruz, sino adaptarnos a ella y estar de acuerdo con la voluntad de Dios al tomarla. No decir: esto es una calamidad y debo soportarla porque no tengo otra opción. Más bien: es algo que voy a sobrellevar porque es La Voluntad de Dios.

Debemos ver toda aflicción como asignada a nosotros por nuestro Padre celestial, quien hace uso de Su mano CORRECTIVA. Debemos esperar en Él para conocer la causa de Su litigio en nuestra contra y cuál es la falta por la cual somos escarmentados. De este modo podremos curar la aflicción de raíz y poner fin al pleito divino, para llegar a ser partícipes de su santidad. Debemos prestar atención a los movimientos de la providencia y avizorar con anticipación el ceño fruncido de nuestro Padre, para que podamos descubrir la clase de OBEDIENCIA que nos quiere enseñar mediante las cosas que padecemos. Debemos esperar en Dios el alivio a nuestras cargas y colocarnos bajo la protección de los brazos Eternos que Él extiende a sus hijos para sostenerlos siempre que su vara disciplinaria está sobre ellos. Sólo en Dios debemos esperar el momento de ser librados , sin tratar de zafarnos del trato divino por MÉTODOS PECAMINOSOS indirectos, sin buscar alivio en las criaturas sino esperando en El Señor hasta que Él tenga misericordia de nosotros: contentos de soportar la carga hasta que Dios nos traiga alivio de ella con clemente misericordia (Sal. 123:2). Si la aflicción se prolonga, debemos todavía esperar en Dios, hasta si Él esconde Su Rostro (Is 8:17), con la esperanza de que Su ira es Breve (54:7-8).

Debemos esperar los incidentes y las noticias de cada día con una resignación completa pero entusiasta a la providencia divina. Mientras estamos en este mundo seguimos a la expectativa, siempre esperando lo bueno y temiendo lo malo: ni sabemos qué trae el día, la noche o la hora siguiente (Pr. 27:1) Resulta en VANO atormentarnos pensando en cosas futuras que casi siempre suceden de manera diferente a como las imaginamos. No obstante, en todas nuestras aspiraciones y proyectos debemos ESPERAR en Dios.

¿Guardamos la esperanza de recibir buenas noticias? Esperemos en Dios como el dador del bien que aguardamos, preparados para recibirlo de Su mano y dispuestos a agradecerle con gran afecto por Su misericordia. Sin importar qué bien esperamos, es Dios solamente con Su Sabiduría, poder y bondad, en quien debemos poner nuestra esperanza. Por lo tanto, nuestras esperanza deben ser humildes y MODESTAS, siempre reguladas por Su Voluntad. Lo que Dios nos ha prometido podemos con certeza prometerlo a nosotros mismos, nada más y nada menos. Si esperamos así en Dios, aunque la esperanza se postergue, el corazón no desfallecerá, porque el Dios en quien esperamos ordenará todo para nuestro bien y Su Gloria. Ahora, en el cumplimiento del deseo se hará evidente Su Amor y toda tristeza SERÁ ECHADA AL OLVIDO (Pro. 13:12)

¿Tenemos temor de recibir malas noticias? Esperemos en Dios para ser librados de todos nuestros temores y de las cosas mismas que tememos (Sal. 34:4). Jacob tenía razones para tener miedo de su hermano Esaú, pero él esperó en Dios, le presentó sus temores, luchó con Dios hasta el amanecer ¡y prevaleció hasta ser librado! David dijo : "En el día que temo, yo en TI confío", por lo cual el hijo de Dios "no tendrá temor de ,alas noticias" y "su corazón está firme, confiado en Jehováh" (Sal. 56:3, 112:7). Esta confianza en las promesas de Dios nos pondrá a salvo de todo temor y toda calamidad.

Ahora, si estamos en suspenso entre la ESPERANZA y el temor al unto que uno prevalece sobre el otro e ciertas ocasiones, esperemos en Dios porque a Él pertenecen TODAS LAS CUESTIONES DE LA VIDA y la muerte, del bien y del mal. Así podremos esperar con compostura cualquier acontecimiento y ajustarnos a cualquier situación que sobrevenga: esperemos lo mejor y estemos preparados para lo peor; luego, recibamos lo que Dios mande.

Es un hermoso confort para las almas de aquellos que VERDADERMENTE buscan hacer la Voluntad de Su Padre... Con un corazón sincero, hago invitación a que quitemos todo aquello que nos asedia y con paciencia, corramos ésta carrera de la FE. Gracia y paz sean sobre sus vidas.

martes, 28 de junio de 2011

Descepciones, des-ilusiones y des-acuerdos...


El día llegó.. muchos esperaban poder evitarlo, pero se les HABIA DICHO que no podría ser así... era necesario. El terror del día se manifestó en la grande oscuridad que lo envolvió... el juicio, el momento de la verdad vino, y ahí está él... en el suelo.., con sus manos en a cara. El clima no es tan caluroso como para empapar el suelo arenoso de Jerusalén... son lágrimas, lágrimas de dolor y amargura... ¿cómo es posible que alguien de EMINENCIA en un grupo, un principal, columna, el primero en recibir la revelación del HIJO DE DIOS, esté en éste estado? Traicionó a su Maestro... a quien en sus últimos momentos, quien tanto lo amaba, prometió "ir con Él no sólo a la cárcel, sino a la mismísima muerte", no fue capaz no sólo de no estar junto a él en el juicio, sino que además estaba a la distancia, y aún más, lo negó..., rechazó relación alguna con Él, no una... no dos, sino tres... y ésta última, acompañada con la afrenta de blasfemias y maldiciones...

Pedro Falló,... terriblemente... a nuestros ojos, sería imperdonable. ¡exclúyanlo de los 12! diríamos.. ¡es un Judas cualquiera!... pero no fue así... todos huyeron.... todos fallaron, en alguna medida. ¿Qué hubiera sucedido si no aceptaran su arrepentimiento? Nada bueno, probablemente. Mas después... Pedro, cabisbajo, con sus ojos enrojecidos por el llanto, se presenta ante ellos... y ellos... tal vez con preocupación lo miran... Mas entonces, sucede, viene a la memoria de ellos.. recuerdan.. recuerdan esas Palabras dichas por Su Maestro... "Así como LOS HE AMADO yo, ámense los unos a los otros... (recuerdan su sonrisa a la hora de decirlo).. así sabrán los demás que son ustedes mis discípulos... si se aman los unos a los otros..." Recuerdan EL SELLO... la distinción... Jesús no dijo que sería tanto así los milagros... LA DISTINCION de sus discípulos, sería EL AMOR INCONDICIONAL y FRATERNO que se tendrían entre ellos... es el sello de los creyentes verdaderos...

Lo que sucedió tal vez en el cielo es que las lágrimas de Pedro fueron vaciadas en una redoma divina, y El Corazón de Dios, quien es RICO EN MISERICORDIA Y PERDÓN, movió el corazón de los otros diez discípulos a perdonarlo... Después de todo... todos fallaron... todos huyeron.. En alguna medida unos pecaron, de labios, de pensamientos, de acción... Pedro, por su parte no olvidaba la mirada de Su Señor cuando lo negó por tercera vez, y que ésta trajo a s mente esa promesa hecha a su maestor de "siempre te seguiré..." Los otros en cambio tenían en sus corazones el último amndamiento de Señor, y, no perdonar a Pedro, se´ria violar las"últimas Palabras dichas por Su Maestro..."

El Resultado fue notable,...no hubo rencores, no hubo acusaciones, palabras entre dientes no fueron oídas.. de tal manera que su unión y su resistencia a ésta prueba, fue descrita en la Biblia cuando escribe...

"
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban TODOS UNÁNIMES JUNTOS.
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre CADA UNO de ellos.
Y fueron TODOS llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. "(Hechos 2:1-4)


Su unión fue refozrada por El Espíritu Santo... Mas ellos eran de UN SOLO PENSAMIENTO (obedecer a Su Señor), sus mentes no estaba ocupadas en acusaciones, o rencores, sino en recibir la Promesa Divina.

La unión y sincronía de los discípulos era tal, que en griego, una palabra usada para describirlo es algo como "symphonía" (sinfonía). Ya que al igual que en un apieza musical, habiendo TANTOS INSTURMENTOS, cada uno hace su labor a su ritmo, nadie más, nadie menos. No es posible que cada quien se independice y hag alo que bien le parezca, porque la armonía y el dulce sonido se perderían...

Hay ocasiones en que algunos insturmentos callan y es momento de que alguien haga un SOLO que llene la sala con su dulce melodía... así como habrá momentos en qu etambién será necesario los violines callen, y que todos los demás sigan ejecutando el sondio, sin que el chillante instrumento de cuerdas aparezca... ¿qué sucedería si los demás músicos se molestaran porque unos tienen un SOLO y ellos no? Se perdería la armonía... hay insturmentos con la capacidad de hacerl,o y hay otros qu eno, hay piezas musicales en las que un solo de flautas es hermoso... mas en otras no se´ra así... mas cada instrumento sabe su función y asbe que, aunque NO DEPENDEN DE ESTE, no por eso deja de ser importante, pues así, toda la orquesta podrá deleitar a los demás al sonar de sus bellas notas.

Igual sucede con nosotors... muchas veces no entendemos muchas cosas, veremos con injusticia otras... pero no debe se rmotivo para devorarnos entre nosotros, sino para considerarnos... ¿soy yo mejor acaso? ¿juzgo correctamente?... Muchas veces nuestros corazones nos engañan y disfrazarán una obra de piedad con un manto de egoísmo, y ésto llenará de ajenjo nuestor corazón, y nuestra oración ya no podrá ser tan dulce como Cristo lo Espera..
¿qué sucedería si Dios, hiciera con nosotros, cuando pecamos, así como cuando lo hacemos con los demás? El amor, el perdón y la misericordia, es lo que Él espera de nosotros para con los demás, ya que Él lo hizo con nosotors primero, y recordemos... que de peores cosas Él nos ha perdonado... Nuestra deuda es más grande con Él que la nuestros hermanos con nosotros...

Recordemos... el AMOR es nuestro Sello, y debe de ser sin FINGIMIENTO...

Que la gracia del Señor sea con ustedes...

jueves, 24 de febrero de 2011

Cayendo más de una vez


Saludos y bendiciones amados hermanos...
Por varias razones me he estado ausentando del Blog y aunque la verdad, por la Bendita Gracia del Señor, El Espíritu Santo me ha llevado en algunas reflexiones e inspirado para hacer algunos estudios (los cuales no han sido aún plasmados en papel si quiera), por Su Gracia seguimos aquí:

En la teología, hay grandes asignaturas, misterios, y demás tópicos de sin duda alguna han de ser interesantes. Pero hay uno que es demasiado controversial para algunos y digno de estudiar para todos como cristianos, y es la manifestación de los juicios de Dios, que, debido a mi falta de conocimiento en las áreas teológicas (pues soy más empírico hasta ahora, ya que no se tanto de conceptos) no sé si lo mejor sea llamarlo "la ira de Dios...".

Acabo de terminar de leer el corto pero bellamente regio y poético libro de Nahúm (no lo veo intelectualmente sino como devoción, pero también como estudio) y mientras tomo una taza de café, por Su Gracia y Bendito Espíritu medito en que resulta demasiado interesante el coportamiento del Señor en el Antiguo Testamento (y aún sigue siendo así) ante tantas situaciones. Lo digo por lo siguiente:

Imaginemos la ciudad opulenta de Nínive, capital del imperio Asirio, majestuosa y mundanalmente portadora de una gran Biblioteca, mas, delante de los ojos de Dios, según vemos en la escritura, toda esa sabiduría humana viene a ser necedad delante de Su Onmisciente ser(1 Corintios 3:20). Los pecados de Nínive, bien conocida por su brutalidad y grande crueldad subieron delante de Dios... Para ello, Dios envía a su profeta Jonás, para dar advertencia a la ciudad de lo que podría ser un castigo de Dios a menos que hubiere arrepentimiento.

Los ninivitas junto con su rey, fueron movidos a arrepentimiento y tal fue éste que cada ser en el imperio fue puesto en ayuno y vestido en cilicio (Jonás 3:6-8), para que, en palabras del rey: ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá dios, y se apartará del ardor de SU ira, y no pereceremos?... Acto que movió el corazon del Benévolo Soberano del Universo a no destruír tal ciudad...

Mas el tiempo pasó, y lo que una vez fue una ciudad arrepentida del mal que había hecho contra El Sumo Legislador del Universo, pasó a ser parte del pasado... el arrepentimiento, junto con la ceniza, se había ido por el viento... el pecado había vuelto, y al parecer de una manera más intensa, de tal modo que ésta vez el corazón mismo de Dios fue movido para poner en la boca del profeta Nahúm palabras regias, aunque poéticas pero demasiado intensas acerca de Su Bendita y Santa Indignación.

Palabras como:
Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.

3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.

4 El amenaza al mar, y lo hace secar, y agosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida.

5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.

6 ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.

El Señor hace una presentación de sí como alguien Regio, Poderoso, muestra un despliegue de Su Poder como en el libro de Job, mostrando que, si no es posible combatir contra alguien como los mares, las tormentas... ¿Podŕa estar acaso delante de Aquél para quien éstas cosas son tan simples y débiles cual insecto? Tal presentación de Dios causa pavor para aquellos contra quienes pone Su Rostro.

Y Dios hace un hincapié en el hecho de que ya había amonestado a Nínive, mas por la perversidad de los corazones de los habitantes, habían caído nuevamente en Aquello de lo que habían sido ateriormente amonestados de parte de Dios. Nahúm debió confiar suficientemente en Dios como para poder parase delante de éste imperio tan grande y poderoso y anunciar su caída, por lo cual proclamó firme y confiado:

7 Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.

8 Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.


Ni sus ejércitos podrían contra la ira de Dios inminente sobre ésta ciudad, había sido ya advertida, y aunque hubo arrepentimiento, éste fue olvidado y volvieron cual cerdo al cieno lodoso. Un retrato en gran manera similar al corazón del hombre el cual no conoce la Cruz del Cordero y no ha sido lavado por Su Sangre para regeneración de Su Alma y lavado de la conciencia a obras muertas que no pueden limpiarle de su inmundicia.

Lo que medito de aquí es en cómo Él en Su Omnisciencia, conoce el contenido del corazón del hombre, y pareciera que el enviar profetas, lo hace para dar testimonio de que, a pesar de que nos envíe profetas, advertencias, nuestra maldad natural, hará que caigamos una y otra vez, y que, eventualmente Su Inevitable ira ha de derramarse en algún momento sobre nosotros.

La Palabra es clara y dice que nuestros pies, sin conocer al Cordero están para tropezar y como dijo el célebre Jonathan Edwards parafraseadamente "así como el que camina en el lodo, al tropezar no necesita de ninguna fuerza externa, sino que por su PROPIO peso caerá..." así estamos destinados a caer una tras otra vez por causa del pecado...

Pasa tanto en aquellos que están sin esperanza como algunas veces y en otros sentidos en aquellos que ya la tienen. Vemos que a veces siguen cayendo en las mismas situaciones y no vemos salida... ¿Qué debemos hacer?¿Cómo cargar con éste yugo tan pesado? Ésto es porque intentamos llevar cargas que no deberíamos siquiera cargar... Muchas veces incorrectamente recurrimos a Egipto, a los métodos de los hombres, buscando dar soluciones a los síntomas antes que al problema de raíz y por ello mismo, como los Ninivitas, caemos en lo mismo aunque pase tiempo desde que dejamos de caer en las mismas actitudes, hábitos, etc. Nos olvidamos de poner nuestras cargas y ansiedad en Cristo, quien cuida de nosotros como un buen pastor (1 Pedro 5:7).No espera que nosotros resolvamos nuestros problemas sino que alcemos la mirada al cielo esperando que en Su Misericordia nos envíe una respuesta y el bendito auxilio para sobrellevar los problemas de ésta vida y las cargas de éste cuerpo no redimido aún.

En los que aún no conocen a Cristo, el problema será resuelto cuando, por Su Gracia, El Espíritu Santo, conmueva sus corazones a arrepentimiento para poner su confianza en El Sacrificio redentor de Jesucristo, y así, puedan caminar libertos de las cargas que ésta vida ajetreada ofrece diariamente.

Busquemos Su Rostro, pongamos en Él nuestra confianza y todo asedio en nuestra vida, de nuevo, Él espera que lo hagamos y no digamos como la gente del mundo dice triste y contradictoriamente "No le dejes todo a Dios, El es todopoderoso, pero tal vez esté ocupado en otras cosas....", frase que en realidad usó Elías para BURLARSE de los profetas de Baal.

Este café se ha enfriado y agotado...

Demos gracias y Gloria por todo y en todo a Nuestro Señor Jesucristo.
Que la Paz del Cordero y Su Gracia sobreabunden en vuestros corazones! :D

Bienvenidos.

En éste blog se presentarán temas seleccionados para gente Cristiana, mas no indica que otras no puedan leerlo, claro. Procurando escribir y decir todo a la Luz de la Palabra de Dios, nuestra Máxima Guía.

Gracia y paz a vosotros.